Tipos de molino

A La Ribera los molinos llegaron con la repoblación después de la Reconquista, siglos XII y XIII. Se construyeron cerca de los pueblo en parajes de gran belleza, junto a ríos (Sorbe y Jarama) y arroyos importantes (Concha, Palancares, Reduvia, del Pueblo), ubicación que se mantuvo durante siglos.

Al principio un molino por pueblo, pero luego se construyeron más (Puebla de Valles, Valdepeñas, Retiendas, Almiruete). Su propiedad solía ser eclesiástica (Bonaval), del Concejo (Valdesotos) y pocos eran privados. Algunos se alquilaban al molinero (Beleña), de por vida o por temporada.

Se construían con materiales de la zona: pizarra (Tortuero), caliza (Tamajón) y adobe; los más emblemáticos con sillares en ventanas y puertas (Muriel). Edificios de tres niveles y de pequeño tamaño, tenían anexos huerta, cuadra, gallinero, corte y corrales, integrándose perfectamente en el paisaje.

El sótano era abovedado y con 1ó 2 arcos,  por donde corría el agua (cárcava). Un canal  (caz) llevaba el agua desde la presilla (visible en Muriel) al molino (Alpedrete); en los más emblemáticos era de sillares (Bonaval). La planta baja era la zona de molienda y aquí se ubicaba la turbina cuando se convertían en fábricas de luz. La vivienda en la planta de arriba.

Tres tipos: al hilo (agua corriente como en Beleña),  de balsa (se acumula el agua y se deja caer aprovechando el desnivel del terreno, como en Puebla de Valles) y de cubo (el agua de la balsa se deja caer violentamente a un recipiente de sillares y/o ladrillo, el cubo, en Tamajón);  también los hubo mixtos.

 Lar-ami

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